planta madre

Alocasia

Originaria de Filipinas y selvas tropicales de sudamerica, podemos encontrar la Alocasia también con los nombres comunes “Oreja de Elefante” o “Cara de caballo” todos ellos en alusión a la forma de sus hojas.

Las hojas crecen de un único rizoma, “tallo central”, que es pequeño en comparación con el tamaño de sus hojas. Pueden llegar a medir 1,5 m de altura en su hábitat natural.

Luz

Colocarla en un sitio con buena iluminación. Evita siempre el sol directo. Puede sobrevivir en lugares sombríos, pero crecerá mucho menos y de forma débil.

Agua

Como toda planta tropical, la Alocasia requiere suelo húmedo constante. El riego en verano de forma más frecuente, dos veces por semana, y en invierno reducido a una vez por semana o cada diez días. Lo ideal es echar poca cantidad de agua pero frecuentemente. También es recomendable rociar con agua sus hojas, tallo y la capa superficial de tierra. Ayudará a que mejore la humedad en el ambiente.

Que necesite mucha agua y humedad, no significa que se beneficie de los encharcamientos. Por lo que tendrás que asegurarte de que la maceta de tu Alocasia cuente con un buen sistema de drenaje para expulsar el agua sobrante.

Abono

Necesitará la ayuda de fertilizantes para que sus hojas crezcan y alcancen ese hermoso tamaño que las caracteriza. Abonar durante la primavera y el verano con fertilizante líquido junto al agua de riego una vez cada quince días.

Temperatura

Puede soportar temperaturas elevadas, lo ideal es mantenerla entre los 20 y los 28ºC. No soporta temperaturas por debajo de los 10ºC. La Alocasia tira sus hojas con la llegada del frío y rebrota en primavera. Con la bajada de las temperaturas es habitual que la planta pierda las hojas.

De todas formas, en interior y con calefacción puede ser que alguna de ellas sobreviva durante todo el invierno.

Floración

Produce flores de forma habitual en su hábitat natural. Son muy parecidas a las del Espatifilo pero más pequeñas. Tienen un alto valor decorativo, pero es poco frecuente encontrarlas en interiores.

Extra

Si algunas hojas inferiores amarillean y posteriormente caen. No hay que alarmarse. Las plantas hacen mucho esfuerzo al sacar hojas nuevas y es un proceso natural en esta especie. Así pueden desprenderse de las hojas más antiguas para conservar energía para las nuevas.

Si se le han caído todas las hojas. Saca de la tierra el bulbo, límpialo y sécalo. Guárdalo en una bolsa de papel en un sitio protegido de la luz y los cambios de temperatura y vuelve a plantarlo en primavera.

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