Ubicación.

Aunque se adapta a sitios con poca luz, es una planta exigente de luminosidad. Es una de las plantas de interior que puede estar directamente expuesta a la acción del sol cerca de una ventana. También podemos optar por sacarla a tomar sol de vez en cuando.

Riego.

El riego ha de ser moderado, pues si se riega en exceso es fácil que se pudran las raíces, lo que en consecuencia provocará el amarillamiento de las hojas inferiores y su posterior caída. Uno de los enemigos de esta planta es el exceso de agua. Cuando reguemos lo haremos sin encharcar. No requiere ser pulverizada ya que sus rígidas hojas toleran muy bien los ambientes secos.

Como regla general, regaremos cada 15 días durante el invierno y 1 vez a la semana durante la primavera y el verano. Dejaremos que la tierra se seque entre riego y riego.

Temperatura.

Resiste muy bien el frío como el calor.

Problemas.

Cuando notemos que las hojas, que son de color verde oscuro, se tornan a un verde más claro. La planta nos está indicando que necesita más Luz. Se soluciona exponiéndola a algunas horas de sol, luego podemos reubicarla a su lugar habitual en el interior del hogar.