DESCRIPCIÓN
Originaria de Australia e Indonesia, la Schefflera arboricola es de crecimiento lento, con un solo tallo y hojas de color verde oliva, que están divididas en en tres o cinco hojuelas ovaladas. Éstas nacen desde un punto central y caen en forma de un paraguas abierto.
Existen variedades con hojas matizadas en colores verde y crema amarillento, además también pueden tener diferentes tamaños las hojuelas.
CLIMA
Ubicarla más próxima a una ventana, pero sin sol directo en verano. Si está perdiendo hojas, salen demasiado pequeñas o el variegado amarillo es menor, sería bueno acercarla a una ventana, quizás así se recupere. Mantenerla en una temperatura moderadamente fresca (de 12 a 25°C) y libre de corrientes de aire en lo posible.
En climas sin heladas o muy ligeras (- 2ºC pocas horas) puede vivir todo el año al aire libre. De hecho, se usa en terraza o jardín con sombra y a veces da mejor resultado que dentro de casa. En invierno, en climas fríos, es mejor tenerla adentro.
Agradece una humedad alta en el aire (crece más y tiene mejor color), pero soporta la sequedad.
Es conveniente rociarla de vez, sobre todo en verano y si hay calefacción en invierno.
SUELO
Requieren suelos fértiles y bien drenados.
RIEGO
La Aralia Arboricora necesita poca agua, y menos todavía en los días fríos o si está en un sitio con poca luz. El encharcamiento es su peor enemigo y el principal error de cultivo. Más vale regar poco que demasiado e ir mirando. Difícilmente se morirá por sequía sin dar señales antes y con la posibilidad de recuperarse regando. Necesita un buen drenaje. Comprueba que el agujero inferior de la maceta no está obstruido ni el sustrato compactado.
CUIDADO
Hojas amarillas y caedizas: exceso de riego. Deja secar el compost entre cada riego. Comprueba que sale el exceso de agua por el agujero de drenaje y que el sustrato no está compactado.
El cuello de la planta se oscurece: exceso de agua.
Hojas de abajo se caen: puede ser por falta de luz.
Hojas pálidas: falta de fertilizantes y/o de luz.
Hojas ‘quemadas’: exceso de fertilizantes. Riega abundantemente para ‘lavar’ el fertilizante del sustrato. Recomendamos el uso de fertilizantes orgánicos.