Descripción
Luz. Los olivos prefieren pleno sol. Necesitan la mayor cantidad de luz solar posible. Para garantizar un crecimiento uniforme, rote la planta semanalmente. En el interior, una ventana soleada orientada es ideal. Estas plantas toleran altas temperaturas y pueden soportar el exterior.
Riego. Riega tu olivo cuando la tierra este bastante seca. Asegúrate de regarla a fondo en cada riego y deja que el exceso de agua se escurra por el fondo de la maceta.
Dado que son nativos del Mediterráneo, los olivos se adaptan especialmente al aire más seco, por lo que no necesitan humedad en sus hojas.
Suelo. Los olivos crecerán mejor en un suelo que drene fácilmente. Trasplanta tu olivo solo cuando supere su maceta. Esto suele ser una vez cada dos años.
Nutrición. Use un fertilizante balanceado formulado para plantas de interior.
Toxicidad. Los olivos no son tóxicos y, por lo tanto, son seguros para los niños y/o las mascotas.
Posibles Problemas. Hojas amarillentas : esto se debe a la deficiencia de nutrientes. Agregue materia orgánica al suelo o fertilizante balanceado de velocidad de absorción rápida.